P.L.A.Y.A. Pensando el Levante desde la Arquitectura Y ‘Altres’
El Mediterráneo, entendido como localización geográfica, y lo mediterráneo -entendido como expresión cultural- siguen siendo ideas algo difusas y erróneas, cargadas de nostalgia y misticismo exagerado y asociadas a ciertas estéticas (en muchos de los casos más bien “isleñas”) que parecen haber obviado la diversidad, complejidad y contradicción que les son propias; y más aún, en un contexto tan particular como el del levante español.
Sin embargo, sí que hay modelos mediterráneos claramente definidos y que, por otra parte, son paradigmas del desarrollo sostenible y el buen vivir, en general. Es el caso de la dieta mediterránea, referente indiscutible de la buena salud basada en una buena alimentación de proximidad. Pero también es el caso de la ciudad mediterránea, defendida por muchxs autorxs como referente por su complejidad, compacidad, diversidad, etc. Sin embargo, no queda tan claramente definido cuál es el modelo de la vivienda o casa mediterránea.
A pesar de ser un tema recurrente y ampliamente tratado desde la arquitectura, la visión consensuada de la casa mediterránea está fuertemente predeterminada por cierto tipo de colonialismo impulsado por miradas y vivencias de una serie de arquitectos, extranjeros, hombres, fuertemente implicados en el establecimiento del Movimiento Moderno en la primera mitad del S.XX. y que tomaron primero, la arquitectura vernacular catalana-mallorquina y, después, la arquitectura popular de pueblos blancos como paradigma de la modernidad, obviando y excluyendo aquello que no se ajustaba a este modelo. Ibiza, Procida, Capri, Amalfi, Positano, Cadaqués, etc. se convierten en conjuntos arquitectónicos que encarnan las aspiraciones modernas. Aunque esta reivindicación de la arquitectura popular tiene su origen en la élite arquitectónica pronto se convierte en un producto de mercado idóneo en el contexto de apertura franquista y desarrollo inmobiliario vinculado al turismo. En prácticamente dos décadas el levante español es colonizado por nuevas edificaciones que reducen la condición mediterránea a un hecho estilístico y en donde varios clichés formales -como el omnipresente color blanco- son tomados como estandartes de la vida en el Mare Nostrum. En la actualidad, la prometida -por la élite arquitectónica así como por el mercado- y ampliamente vendida condición mediterránea en el ámbito doméstico, tanto en la vivienda unifamiliar como colectiva, es un concepto difuso y perversamente manipulado que simplifica toda la complejidad y contradicción intrínsecas a nuestra cultura.
A esta especie de colonialismo inter-mediterráneo -entendido como la imposición de una visión única de Mediterráneo sobre otras visiones- se le superpone un colonialismo tecnológico centro europeo que impone un código técnico de edificación o sellos de certificación energética que rara vez atienden a las particularidades de nuestro clima o nuestra manera de vivir.
En este contexto, el primer objetivo de este grupo de investigación es el de explicitar la historia de acontecimientos -desde la disciplina arquitectónica, el mercado inmobiliario y el fenómeno del turismo- que han llevado a una visión única e imperante de lo mediterráneo en el contexto de la vivienda en el Levante español. El segundo objetivo es el de ampliar, multiplicar y diversificar las visiones (Altres) sobre la condición doméstica mediterránea desde otros campos (Altres) ajenos a la arquitectura: pintura, fotografía, literatura, antropología, sociología… De esta manera, se pretende descubrir y describir modelos, tipos y tecnologías -desde el compromiso con la Crisis Climática y la Agenda 2030- capaces de convertirse en paradigma de varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (establecidos por Naciones Unidas en 2015), como el de la Salud y Bienestar; y en un contexto geográfico y cultural tan específico como el nuestro.